¡Hola! Dos fueguitos te agradece por acompañarnos en esta entrega de la Suscripción Incandescente.
Como parte de esta cajita, este contenido es su guía de lectura: algunas pistas y señales que vamos recogiendo y que entrelazan los objetos y experiencias que la componen. Esperamos que todo este recorrido enriquezca tu lectura.
En esta primer entrega de abril, contamos con:
El libro “La muerte viene estilando”, de Andrés Montero.
Un dedal de lectura hecho en cerámica por Lucila Quevedo, ceramista mendocina
Un señalador ilustrado por Sara Niett.
Y si sos de las primeras diez personas que se llevaron su cajita, además recibiste una postal con un poema de Postales Federales.
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Sobre el autor: Andrés Montero
Andrés Montero, el autor del libro del mes, es un narrador oral y escritor chileno. Le preguntamos si podía definirnos a qué se dedica, y nos regaló esta hermosa frase: “mi oficio es contar historias”.
Sin lugar a dudas, Andrés es un rescatista de historias escritas y habladas: además de sus títulos, ha fundado una compañía de narración oral, “La Matrioska”; una escuela de literatura y oralidad, “Casa Contada”; y produce un festival de narración oral, además de un programa de televisión en el que recopilan relatos junto a su compañera, “Los cuenteros en ruta”, (que te dejamos acá) para ver en Youtube.
Ha sido reconocido en diversos concursos literarios, entre los que destacan el X Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska por "Tony Ninguno". Asimismo, ha recibido el Premio Marta Brunet, otorgado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile, por su novela "Alguien toca la puerta". Este galardón se suma a dos Premios Municipales de Literatura de Santiago, uno en 2017 en la categoría "Literatura infantil" por "Alguien toca la puerta" y otro en 2022 en la categoría "Cuento" por "La muerte viene estilando". También ha sido finalista en el Premio Clarín de Novela, en Argentina.
Sus cuentos han llegado a un montón de lugares: además de su Chile natal, han cruzado hasta Argentina, México, España, Italia y Dinamarca.
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Sobre el título: "La muerte viene estilando"
“La muerte viene estilando” no fue el primer libro de Andrés Montero: ya habían varios títulos que lo precedían para cuando salió, en 2021, y Andrés ya tenía en su haber varios reconocimientos.
Pero, desde Dos fueguitos, elegimos este título porque se encuentra entre el puñado de libros más bonitos que hemos leído. Su extensión, de unas 129 páginas riquísimas que nos dejan con ganas de leer más de Andrés, nos regalan historias sumergidas en el campo del sur chileno.
Muchas de estas geografías son curiosamente parecidas a algunos parajes de nuestro lado de la cordillera, pero tienen los condimentos propios de su tierra.
El mismo Andrés nos comentó que su trabajo de escritor tiene mucho del cruce con la oralidad, y las historias que se cuentan en los campos, en la costa, y en la cordillera, y por supuesto que se nota en sus páginas.
No todes les personajes de “La muerte viene estilando” son grandes habladores, pero sí que transmiten en sus gestos y sus acciones todo lo que sienten.
Y, como las hebras de los tejidos rurales, las seis historias que componen el libro se entretejen, teniendo a la muerte como parte de ese dibujo que se revela.
¿Notaste los latinoamericanismos del libro? Es así, hay desparramadas muchas palabras que son muy específicas de las voces de nuestras latitudes, e incluso del sur de Chile, así que es probable que tengas que ir googleando mientras leés.
Una que captó nuestra atención se hace presente desde el principio: “estilando”. Es el gerundio del verbo “estilar”, que está definido como “desprenderse el líquido de un cuerpo a gotas”, o mojar especialmente con agua a alguien, pero también se puede usar para indicar cuando preparamos café de filtro. De alguna manera, se parece a la palabra “destilar”, pero con sus tintes propios. En el mismo libro se encargan de indicarnos que hay personas que, luego de haber estado caminando bajo la lluvia, llegan “estilando”.
La sensibilidad captada en actos pequeños como cebar un mate o calentarse al lado de una salamandra, o las palabras de una persona sencilla dichas en el momento justo que cristalizan los sentires de toda una vida, son lo que hacen que se nos hayan humedecido los ojos más de una vez durante su lectura. Recordamos el momento exacto en que cerramos el libro, nos miramos a los ojos, y dijimos “es este”, y esperamos que lo disfrutes tanto (o más) que nosotres.
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Una recomendación audiovisual
Te traemos una recomendación audiovisual: la película “La calma”, estrenada en 2022, de 74 minutos de duración, dirigida por Mariano Cócolo.
Esta película, narrada completamente en blanco y negro, nos cuenta la historia de Nancy, una estudiante de derecho y operaria de una fábrica, oriunda de Lavalle, en Mendoza.
Nancy atraviesa una serie de escenarios y decisiones difíciles para tomar en una soledad bastante absoluta, quedando a la merced de terratenientes locales con mucho poder.
Su historia recorre las injusticias del sistema en el que está inmersa y refleja la realidad crudísima del campesinado hasta el día de hoy. Incluso se contrasta todo aquello que Nancy aprende en la universidad respecto a los marcos legales, y lo que se aplica todos los días en su tierra.
Como en el libro de este mes, en “La calma” los diálogos no son abundantes, sino que toda la gestualidad y las relaciones que rodean a cada personaje es lo que construye la trama que no se habla: esa que se siente.
Tampoco acompaña en lo sonoro mucha música, sino un énfasis muy claro en los sonidos ambientales, lo que por supuesto acompaña al título de la película, pero también nos va marcando el ritmo de la trama.
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Una recomendación musical
“Ronroco” es el nombre de un instrumento musical originario de Bolivia, de la familia de los charangos pero con una forma y afinación particular. Aunque técnicamente surgió en la década del ‘40 y fue creado por un lutier boliviano, se cree que habían ya variantes campesinas de “charangos grandes”, muy parecidos al ronroco.
Pero “Ronroco” es también el nombre de un álbum del cantautor Gustavo Santaolalla, publicado en 1998, y que este año tiene una reedición remasterizada y en vinilo y una gira planificadas para celebrar los 25 años de este disco.
Queremos invitarte a acompañar tu lectura con las canciones del maestro Santaolalla, quien curiosamente compuso muchísima música sin saber leerla ni escribirla. También experimentó con cuanto instrumento se ha cruzado, entre ellos el mítico ronroco. Es conocido por pensar la afinación de cada instrumento no tanto como manda la academia, sino como mandan el tono de sus álbumes.
En “Ronroco”, Gustavo nos pasea por sonidos con influencias de muchos lugares, pero principalmente traídos del ambiente altoandino de América Latina. No nos exige que lo comprendamos, no nos pide nada más que dejarnos abrazar por su música.
Sus sonidos son claros, limpios, sensibles, sencillos y calmos. Todos nos ayudan a volver al centro, escucharnos, de la misma manera que un paisaje rural como los de “La muerte viene estilando” se atraviesa por las hojas.
“
"Tal vez se trataba de eso. Sal y pimienta para las vidas pequeñas, para las tardes iguales, para los amaneceres grises."
”
- Andrés Montero
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Esperamos hayas disfrutado la experiencia completa, y que nos volvamos a ver en otra entrega.
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