5 recomendaciones para Cris
Como los poemas de Cortázar a Peri Rossi, pero versión libritos para vos
Hoy queremos recomendarte cinco (pero solo porque queremos ir a tono con el título del posteo) libritos latinoamericanos que nos gustan.
Contexto: en 1977, el escritor Julio Cortázar le escribió y mandó a la escritora Cristina Peri Rossi una serie de poemas, titulados “Cinco poemas para Cris”; que luego sucedió con “Otros cinco poemas para Cris”, y finalmente “Últimos cinco poemas para Cris”.
Para hacer esta serie de sugerencias, nos basamos en aquellos textos que no suelen poblar el mesón de novedades de las cadenas de librerías grandes, o que no son bestsellers, que tampoco son demasiado extensos, con temáticas sencillas y amenas, y que hayan sido escritos por autores de Latinoamérica.
Creemos firmemente que, como dijo Borges (y muchas otras personas), la lectura debe ser un placer más que una obligación. Es por esto que no vas a encontrar clásicos que “hay que tener” en el haber; y tampoco vas a encontrar lecturas complejas, sea en la extensión o en la temática.
No nos interesa “caretear” cuántas hojas leyó cada quien o qué libro es más complicado que el otro como si fuera un podio. Queremos acercarte lecturas que te entretengan y te permitan acceder a editoriales, autores y locaciones que te resulten novedosas y a la vez cercanas.
¿Nos acompañás?
1. Las primas | Aurora Venturini.
Disclaimer: tal vez es medio bestseller.

Dice Mariana Enríquez en el prólogo de Las primas, que cuando le mandaron el manuscrito para revisarlo en la convocatoria al Premio Nueva Novela de Página 12, empezó a leerlo y exclamó “qué es esto, quién escribió este libro, qué está contando”.
Y creemos que no hay mejor manera de definir este libro bestial.
Estás en la pileta, con una pelota inflable. Lo metés a la fuerza abajo del agua y lo soltás, o se te suelta. Te da en el medio de la jeta, o le da a quien esté cerca, o empapa a todo el mundo.
Eso mismo parece que pasa con Aurora: publicó muchísimos libros, pero fue este el que, de repente, pareció salir disparado tan bruscamente a la superficie que dejó a todo el mundo aturdido.
Acompañamos, en este relato, a Yuna, que nos cuenta su vida a través de cuadernos donde vemos desarrollarse su prosa. Al principio, las definiciones copiadas del diccionario abundan, así como una escritura casi atropellada, con poquísimos signos de exclamación (porque a la protagonista “la vuelven loca”). Entre medio, vamos conociendo una familia y un entorno sumamente retorcido, disfuncional, con los montones de secretos que esconde cada dinastía, llevados bastante al extremo.
Vamos a dejar una única seña para quienes lo hayan leído o quieran volver a este posteo después de hacerlo: ¿hay algo más grotesco que el bautismo de los canelones?
2. La insumisa | Cristina Peri Rossi.
Una autobiografía que nos hace ir y volver en las páginas y en Google para chequear que realmente era una autobiografía. Si tenés el prejuicio de que las autobiografías son aburridas enumeraciones cronológicas de los hechos de una persona puntual: leé La insumisa.
Cristina Peri Rossi es una escritora uruguaya. Pero, aparte de uruguaya, es exiliada de su tierra natal por los procesos dictatoriales de finales del siglo pasado de Latinoamérica, en el mismo movimiento que expulsó, por ejemplo a Julio Cortázar, su gran amigo.
Y otra característica no menor: Cristina es lesbiana, y lo ha sido abiertamente desde siempre. Esta identidad forma parte de algo que, si bien no utiliza como preludio todo el tiempo, jamás esconde, y reivindica con la naturalidad de quien sabe que no hace falta hacer un mundo de algo que no está mal.
Ahora es bastante más fácil comprender por qué eligió ese título para su autobiografía. El cuadro se completa a medida que vamos leyendo, en una Cristina montando a caballo a escondidas, despotricando contra los vestidos obligatorios para las infancias de la época, y siendo incluso censurada por su gobierno más adelante.
La primera vez que me declaré a mi madre, tenía tres años (según los biólogos, los primeros años de nuestra vida son los más inteligentes. El resto es cultura, información, adiestramiento). Yo tenía propósitos serios: pretendía casarme con ella. El matrimonio de mi madre (del cual fui un fruto temprano) había sido un fracaso, y ella estaba triste y angustiada. Los animales domésticos comprenden instintivamente las emociones y los sentimientos de los seres y procuran acompañarlos, consolarlos: yo era un animal doméstico de tres años.
3. La muerte viene estilando | Andrés Montero
Este libro parece un amuleto. Fue el primero que elegimos para formar parte de la Suscripción Incandescente, y significó, por eso, muchísimo para nosotres.
Andrés es un escritor chileno, que más que escritor prefiere ser llamado narrador, y en su labor nos reúne una serie de relatos al borde de lo “lógico”, y también al borde del mapa, en los poblados de la Patagonia chilena.
En sus vidas sufridas y de eventos terribles, las personas de esas latitudes encuentran alegrías sencillas y enormes. Los que parecen relatos desconectados entre sí, empiezan a tejerse como una canasta que contiene algo mucho más grande que cada uno de ellos. En estas caletas de pescadores, no saber escribir no quiere decir no saber contar, y no saber leer tampoco implica olvidar.
La muerte les persigue la sombra, está presente en un pueblo que se va esfumando. En La muerte viene estilando, tenemos protagonistas con miedo al olvido que esta provoca, a las rutinas que aparentan tapar el recuerdo. Pero también hay otras personas que abrazan a la muerte como parte de la vida misma, y consideran que lo importante hay que hacerlo suceder antes de que llegue.
Sale de la pieza y se dirige a la cocina a leña, que siempre está encendida y por eso el agua de la tetera siempre está lista, porque no hay cosa peor que querer un tecito y tener que esperar a que hierva el agua.
4. Algunas familias normales | Mariana Sández.
Acá vamos a encontrar relatos sencillos, tomados de vidas cotidianas. No hay héroes de Marvel, dragones, dramas retorcidos ni zombies.
Hay vínculos elegidos y otros “que tocan”, y tenemos que ver qué hacemos con eso. Exactamente igual que en la vida habitual.
Es probable que esto vuelva un poco tediosa la lectura, sobre todo si estamos buscando algo que nos estalle en la cara.
Pero, en este libro, Mariana Sández logra que avancemos, despacito como las enredaderas, a través de esas vidas “normales”.
Si nos tomamos un momento para mirar en perspectiva y hacia atrás, encontramos el hilo conductor: todas esas familias que parecen normales, o que se toman como tales, en realidad son hilos retorcidos, medias con agujeros, techos que se llueven, autos que no arrancan, bondis con frenos que chillan.
Funcionan, por supuesto, y hasta puede disimularse u obviarse la falla, pero no por eso deja de existir. Familias ligeramente descompuestas.
5. Sofoco | Laura Ortíz Gómez.
Una antología de relatos sucedidos en su Colombia natal nos muestra lo crudo que vive el campesinado y las clases populares de ese país ante realidades duras que se comparten con otras partes de Latinoamérica.
Su prosa es bella, y esmerada, hace que sintamos el calor y la humedad de la selva, pero no se guarda los eventos terribles.
En una aldea campesina, la agricultura ancestral fue reemplazada por el cultivo y la extracción de la cocaína. Cada joven tiene las mismas chances de que la guerrilla le asesine o le lleve para sus filas.
Hay redención en los ojos hipnóticos del jaguar, animal ancestral y nativo que se une a la fuerza de la revolución para rebelarse contra el impulso colonizador y explotador.
Y, a pesar y a través de todo, en Sofoco nos muestra a la gente conservando su dignidad, bailando, abrazándose, planchando camisas, esperando con amor a quienes se fueron. Lejos de romantizar esta resistencia ante el horror, nos muestra el bastión que hacen las personas de estos eventos.
No quisiste aprender nasa yuwe, ningún niño quería. Para qué hablar un idioma de viejos. (…) Los del otro lado tenían moto y televisores. No hablaban nasa yuwe. Decían simplemente moto, televisor, campesino. Por qué Lidia y los que hablaban tu lengua eran los más pobres, los de la columna reventada, los de las manos más ásperas.
Gracias por acompañarnos en nuestra selección de hoy. No es, para nada, una lista cerrada ni un “top” ni una cuestión de obligación. Por supuesto, tenemos más lecturas que hemos disfrutado muchísimo, pero o son ya conocidas, o no son de Latinoamérica, o son bastante más largas.
Algunos de estos títulos están disponibles en nuestra tienda online, solos o acompañados con sus respectivas suscripciones literarias, para que pases a chusmearlos por acá.
Si vos tuvieras que hacer tu propia lista de recomendaciones como estas, ¿cómo sería?